Lectura Capítulo 1 "Sho-shan y la dama oscura

Entrevista con Eve Gil, autora de Sho-shan & la dama oscura

Por: Ramón I. Martinez


¿Por qué realismo mángiko?

-Se me ocurrió de repente. Cuando terminé de escribir la novela y me pregunté en qué género podría clasificársele -fantasía, ciencia ficción,juvenil, infantil- y me di cuenta que no existía uno donde encajara plenamente...de ahí lo de "realismo mángiko". Finalmente la novela plantea una realidad paralela relacionada con los mangas y los animes y tiene, además, su parte realista. Por supuesto, también tiene un componente de ironía.


¿Cómo es que se te ocurrió escribir una novela de esta naturaleza?


-Llevaba algunos años pensando en escribir algo para mis hijas, pero hasta hace poco, la literatura infantil y juvenil me era por completo indiferente. Lo que despertó mi inquietud fue una película: El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro. Me maravilló la forma en enlaza una historia, digamos, realista, inmersa en la política, el crimen, la crueldad y la ambición desmesurada, con la aventura maravillosa de la niña que nunca sabemos si era parte de su imaginación o una real interferencia de la imaginación en la espantosa realidad de la dictadura y la guerra. Me dije que era eso lo que me gustaría escribir, algo que convocara tanto a los lectores adultos como a los jóvenes y que no hubiera manera de saber donde empieza la fantasía y termina la realidad.


¿Y lo del manga?


-Eso fue un homenaje para mi hija mayor, que es una verdadera erudita en materia de manga y anime, y, de verdad, casi no tiene otro tema de conversación que eso. A muchos padres, a la mayoría, les irrita y hasta les asusta que sus hijos sean fanáticos del anime, hay quienes lo ven casi como un asunto de drogas o como posible generador de problemas. Yo jamá lo he visto así. El fanatismo de mi hija llegó a preocuparme solo en la medida en que afectara sus estudios, pero jamás ha dejado de hacer las tareas ni reprobado materias por atender a su solaz. Tratando de involucrarme con su afición, empecé a frecuentar los famosos animes y a leer los mangas y empezamos a cultivar esta actividad en equipo. Confieso que terminé volviéndome aficionada (risas) aunque dentro de mí ya estaba la semillita porque de pequeña mis caricaturas favoritas eran las japonesas, que entonces no llamábamos "anime", y muy especialmente "La princesa caballero" y "La señorita Cometa", que es, digamos, mi influencia más directa en esta escritura: el mundo de los humanos invadido por el anime.


Pero naturalmente hay mucho estudio detrás de esta novela..


-¡Muchísimo!, ninguna de mis novelas -y mira que me encanta tomar mis novelas como pretexto para aprender cosas nuevas-me había exigido tanto... pero tampoco me había divertido tanto escribiendo una novela. Estudié el manga como lo haría un académico, no como una fanática, hasta escribí una serie de ensayitos que quizá algún día publique. Además me metí de lleno a estudiar la literatura japonesa desde sus orígenes. Yo ya contaba con el antecedente de la maravillosa poeta de la Era Heian, Murasaki Shikibu, y me empeñé en involucrarla en la trama... y encontré la manera de hacerlo. En cierto modo Murasaki Shikibu es la protagonista de la novela, de hecho. Así como me volví otaku tardía, me volví fanática de la literatura japonesa: escritor nipón que leía, me dejaba en verdadero estado de trance. Tienen en común una serie de cuestiones muy relacionadas con los mangas y los animes: el asunto de la posesión, por ejemplo, que lo ves en casi todas las novelas de Haruki Murakami o Banana Yoshimoto...los japoneses, pese a ser, tecnológicamente hablando, una de las sociedades más avanzadas del mundo, quizá la más avanzada, son además muy tradicionalistas y conservan una serie de rituales y supersticiones maravillosos que contrastan con la hipermodernidad de su estilo de vida. Hay grandes novelas que se han convertido en animes, como la novela de la antes citada Murasaki Shikibu, "Romance de Genji" y más recientemente "Un grito de amor desde el centro del mundo", de Kyochi Katayama. El manga es un todo un arte... déjame confesarte algo: hay ciertas imágenes que solo de mirarlas me producen lágrimas, me conmueven, me emocionan. Yo quería escribir una novela conmovedora, en el mejor sentido del término.


¿Te inspiraste en algunos animes en particular para hilvanar la historia de Sho-shan?


-Sí, particularmente en uno que me impactó muchísimo y que aludo en la novela: Elfen Lied. Es un personaje complejísimo que es, al mismo tiempo, una asesina desalmada y una criatura extraordinariamente tierna; una máquina de matar que tras un incidente pierde la memoria y se transforma en otra cosa. Revisando varios animes que en México no han tenido demasiada repercusión como Gunslinger girl , me topo con que es un tema recurrente el de las niñas tiernas convertidas en asesinas -aunque en Elfen Lied es al revés-; en máquinas de matar, en quienes su verdadera naturaleza termina por imponerse. ¿Cuántas personalidades nos habitan? ¿Bajo qué circunstancias podemos convertirnos en criminales?, pues en ese sentido me vi bastante alimentada por estos dos animes. Uno de mis personajes -no voy a decir cual- tiene esta ambivalencia: sufre amnesia y no tiene la menor idea de quien era y actualmente es un ser humano precioso, casi perfecto... pero poco a poco el mal va aflorando en ella al verse enfrentada a una situación límite.


¿Cómo crees que sea recibido este trabajo en la crítica mexicana?


-La experiencia me indica que soy mucho más una escritora de lectores que de críticos. La crítica en México, o lo que se tiene como tal, está llena de prejuicios de todo tipo. Ejemplo: las novelas de "temática femenina", por decirte algo, tienen mucho éxito comercial, pero son abiertamente ignoradas por los críticos. Lo mismo podría decir de las novelas de ciencia ficción... hasta mis "críticos de cabecera", los que me siguen mucho, ignoraron olímpicamente "Virtus", mi novela anterior, porque pertenece al género de la ciencia ficción... quién sabe qué suerte corra esta porque el asunto es bastante más rarito y complejo. Sé, por lo pronto, que hay dos clases de lector a los que me interesa muchísimo llegarles: los niños y jóvenes que se sienten "raros" y los padres de estos chicos. Naturalmente exijo lectores con mucha imaginación, dispuestos a involucrarse en el mundo que les estoy sugiriendo. En México, muchos críticos y escritores desprecian ostensiblemente lo imaginativo, lo fantástico... pero presiento que es por envidia y no por otra cosa, porque a ellos la sesera no les da para mucho. Yo, en cambio, admiro profundamente a los autores imaginativos, que crean mundos personales.


Estarás de acuerdo en que actualmente el mercado es muy propicio para Sho-shan y la dama oscura: Harry Potter, Crepúsculo, Corazón de tinta...


-Así es... de estas la única que conozco es la obra de Cornelia Funke y también soy admiradora de Roal Dahl... y sí, actualmente la literatura infantil y juvenil está viviendo un importante renacimiento a nivel comercial y eso es precioso porque los muchachos están regresando a los libros con todo y la "amenaza" del internet. Esas novelas tienen algo que no hay que soslayar: una vasta cultura libresca detrás de ellas. Sus autores no solo aportan divertimento, sino también conocimiento. Quiero suponer, por ejemplo, que Stephenie Meyer estudió bastante sobre vampirismo para escribir sus obras... o que JK Rowling leyó mucho sobre los celtas, que ha sido lectora de Tolkien, del mismo modo que yo he sido lectora voraz de los japoneses, por ejemplo. No son obras insustanciales, como tampoco lo son las de Dahl, que sin ser tan erudito en sus temas tiene una ironía pavorosa para plasmar a la sociedad que los niños tienen que lidiar en su trayecto a la adultez.


¿Y qué tal los vampiros?


-Yo tengo una fijación obsesiva por los vampiros desde que leí Drácula a los 12 años... me fascinan, los amo... curiosamente solo he escrito un relato de vampiros titulado "Claveles salvajes", incluido en La reina baila hasta morir y para nada descarto la posibilidad de escribir una novela vampírica por mucho que digan que "ya chale" con Drácula y demás. Cuando leí La historiadora, que es una novela previa a la de Stephenie Meyer y también aborda el tema de los vampiros, me dio mucho coraje, me dije, ¿por qué no la escribí yo? (risas), aunque yo la hubiera hecho más breve.


Cuando escribiste Virtus juraste que no regresarías a la Ciencia Ficción, ¿sigue en pie este propósito?


-Bueno, no aclaré que tipo de ciencia ficción... la de Virtus es ficción especulativa, pero actualmente escribo algo que tiene en común con Sho-shan fusionar realidad y ficción, pero es para adultos y tiene relación también con la identidad pero de una manera muy distinta a la de Sho-shan. En este caso los temas centrales serían el tiempo, los sueños y, sobretodo, una problemática que me subyuga: la feminidad y la masculinidad.

1 comentario:

Rodrigo Kuang dijo...

Espero poder leer pronto esta novela. Ciertamente, un cuarentón occidental tiende a ver estrafalario el fenomeno animé, sin embargo, cuando pequeño nunca dejé de ir al cine de mi barrio, en La Habana, y veía repetidas veces la serie Voltus V - que allá se versionó al cine doblada por actores reconocidos - entre otras tantas por el estilo: Taro, el niño dragón, Mazzinger, Yaltus... Estuvimos ajenos al manga, porque nunca se publicaron historietas japonesas (ni ninguna otra extranjera) después del 59, pero los dibujos animados nos marcaron a todos, y casi puedo asegurarte que soy capaz de repetir en japonés el tema de Voltus V, luego de tantos años. Reconozco que últimamente no le había dado mucha importancia, salvo para bromear o crear parábolas curiosas. Puede que luego de este día lo valore mucho más.