Lectura Capítulo 1 "Sho-shan y la dama oscura

El viaje a la ficción de Murasaki Fujita

Por: Javier Munguía*
Tomado de Libroadicto
En su artículo “Vejamen de la narrativa difícil”, publicado en 1994 y luego recogido en su libro Las caricaturas me hacen llorar, Enrique Serna combate el prejuicio –malditos prejuicios- de que la gran literatura está reñida con el gran público. Luego de citar los casos, entre otros, de Kundera, Vargas Llosa y García Márquez como autores fáciles de leer porque “se han echado encima la enorme dificultad de contar sus historias en un lenguaje transparente y preciso”, Serna agrega: “Para el fabulador nato, el lenguaje nunca es un fin, pero sí un instrumento de precisión”.
Leyendo Sho-shan y la Dama Oscura, la más reciente novela de Eve Gil, uno no puede sino darle la razón a Serna. Hay que decir de una vez que esta novela inspirada en el manga –la primera en español, según se lee en la publicidad sobre el libro- va mucho más allá del gancho comercial que significa la fusión de dos géneros de gran consumo. Esta es una obra que cumple en dos frentes: por un lado, tiene el grado de misterio y aventura necesarios para mantener pegado a su lector hasta su última página, y por otro aborda cuestiones esenciales y siempre vigentes como la intolerancia y los prejuicios, pero nunca de una manera panfletaria, sino encarnados estos temas en una historia que seduce y conmueve. Que revela, además, el poder de la imaginación y la creatividad en la vida de los seres humanos.
Murasaki Fujita es la encargada de narrarnos esta historia plagada de referencias a la cultura y literatura japonesas. Su verdadero nombre es Violenta Monsalve, pero no sería justo recordarla así, ya que ella se siente y por lo tanto es muy Murasaki Fujita, por lo cual no resulta apropiado llamarla con otro nombre.
La narradora, quien al inicio del libro tiene 21 años y es la creadora de uno de los animes más exitosos, Sho-Shan Z, se remonta 10 años atrás para narrarnos un incidente que cambiaría el rumbo de su vida y el de su familia: a su pequeña hermana Lu, o Cho, que entonces tiene 4 años y padece una clase de autismo que le impide la empatía con los demás llamado Síndrome de Aspergen, la acusan de haber matado a uno de sus compañeros de escuela.
Este es el detonante que hace avanzar la trama por caminos tan atrayentes como insospechados. De pronto varios misterios irrumpen reclamando la atención del lector: ¿cómo ocurrió la muerte de Toto, el compañero de Cho? ¿Cuál es la verdadera identidad de Dama, la excéntrica madre de Murasaki y Cho, creadora a su vez de cuentos infantiles? ¿En qué acabará el lío legal en el que la familia se mete a raíz de la muerte del pequeño Toto?
No muy avanzada la novela se nos hace, además, una revelación importante que creo poder revelar sin arruinar el interés del argumento: tanto Murasaki como Cho y Dama no son completamente humanas, sólo una mitad; la otra corresponde a su naturaleza como seres de ficción.
Esta novela de apariencia tan sencilla, que seguramente hará y está haciendo las delicias de jóvenes no habituados a la lectura, plantea sin embargo una situación narrativa complicada por su grado de indeterminación. Como ya he dicho, tanto Murasaki como Dama son creadoras, una de animes y manga, la otra de cuentos infantiles. Las creaciones de ambas se confunden con la historia presunta y trágicamente real que les ocurre: mientras que Sho-Shan Z cuenta la historia de una niña de 4 años catalogada como criminal a la que se busca encerrar en una cárcel de alta seguridad hasta que sea mayor de edad y de su madre Dama, sospechosa de terrorismo, los cuentos infantiles de Dama tienen como protagonistas a sus propias hijas, Murasaki y Cho, aunque en sus relatos no sean hermanas sino amigas –deseo profundo de Dama: que exista comunicación y afecto entre sus hijas.
Es difícil diferenciar los planos planteados como “real” y “ficticio” dentro del libro. Conforme avanzan páginas, el límite entre ambas dimensiones se va volviendo cada vez más tenue, de modo que los hechos más fantásticos, como metamorfosis de seres humanos en mariposas o en series animadas, nos van resultando verosímiles, aceptables en el sutil mundo planteado por la autora.
Uno de los postulados básicos del libro es, según mi opinión, el poder de la ficción para enriquecer nuestra vida y desagraviarnos de las ofensas que ella nos inflige. A pesar de que en su serie animada Murakami Fujita cuente una historia terrible, es gracias a ella que le da sentido y orden a esos eventos funestos que ocurrieron en su vida, dejándola confusa y quebrada.
Sin importar si lo que nos cuenta en la novela como real haya ocurrido realmente o haga parte de su imaginación, de sus recuerdos inventados, al narrarlo se ha tomado venganza contra la vida real, en la que tanto ella como su familia se encuentran indefensos ante los embates de una sociedad que los cataloga como anómalos y los rechaza: a Murasaki, por su aspecto de china; a Cho, por el síndrome que padece; a Dama, por su empeño de vivir a sus anchas, asumiendo como propia la cultura y forma de vida japonesas; y a Luís Monsalve, esposo y padre, por tener esa familia “rara”.
En la novela que Murasaki Fujita escribe, la misma que nosotros leemos firmada por Eve Gil, tanto ella como su hermana y su madre cuentan con superpoderes con los cuales defenderse de las canalladas del mundo. Además, Cho se traslada de un mundo ingrato y pedestre que no la entiende a un mundo ficticio donde es capaz de comunicarse sin problemas y realizar las hazañas más grandes. También está sugerida la idea de que, por medio de la ficción, se puede convocar nuevamente a la vida a seres que ya han cruzado su frontera. ¿Qué importa saber dónde queda el límite entre realidad y fantasía cuando la imaginación nos ayuda a sobrellevar las penurias cotidianas de la vida real?
Que suene a lugar común, que suene, pero Sho-shan y la Dama Oscura es sobre todo una novela conmovedora e intensa a la que le deseo que, como los libros de Rowling, gane más y más lectores para la literatura, tenga todo el éxito que merece.

*Javier Munguía, escritor sonorense es autor de dos libros, Genterio y Mascarada. Próximamente publicará el tercero en Editorial JUS. Ha sido acreedor a diversas becas y premios por su trabajo literario. 

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