Lectura Capítulo 1 "Sho-shan y la dama oscura

Sho-shan & la dama oscura o como insertar el fabuloso mundo del manga en la sociedad mexicana

Por Adriana Herrera
Tomado de PODER 360

Laura Lara, directora editorial de Punto de Lectura y de Suma, un sello del grupo Santillana que se creó en 2006 para responder a la demanda de novelas ligeras, destinadas a hacer sentir a los lectores que sus situaciones “los atrapan” y que “están aprendiendo historia, hechos verídicos”, no publica historias fantásticas. Pero cuando Eve Gil –una sonorense que nació “10 días antes del 2 de octubre”, y había ganado el prestigioso Premio Fernando Benítez de periodismo, con una historia que contenía una explosiva mezcla de violencia y poesía totalmente real– le dejó su libro Sho-shan y la Dama Oscura, rompió las reglas de juego de la editorial y se lanzó a la aventura de publicar, para un público juvenil, “la primera novela en español acerca del manga”.
La historia de Dama Oscura y de sus dos hijas, Violeta Monsalve, una chica mexicana con apariencia de china y seudónimo japonés, Murasaki Fujita, que llega a ser una mangaka, una creadora de mangas y animes, y de su hermana Lu, que nació con un tipo de autismo llamado síndrome de Asperger, es insólita. Con una pluma leve, apta en efecto para “atrapar”, Eve Gil mezcla ficción y realidad en el universo de estos tres personajes que son mitad humanos y mitad criaturas manga –habitantes del mundo icónico y virtual de las caricaturas japonesas– de un modo que recuerda las tradiciones cervantinas. La narradora es Murasaki Fujita, quien, ya convertida en una famosa creadora de manga, ha transformado a la pequeña Lu en la poderosa superheroina Sho-shan Z que da nombre a una exitosa serie y al libro de Gil.
Pero a diferencia de las historias manga que Violeta/Murasaki dibuja, este libro no es una historia ilustrada, sino una novela (con algunos dibujos) que da vida a un género extraño: es un híbrido porque su estructura narrativa sigue las reglas de las ovas o capítulos de las películas manga. Es trasnacional, pues se apropia de tradiciones japonesas, para insertarlas en la sociedad contemporánea mexicana, a la que revela como intolerante e incapaz de aceptar lo diferente.
La historia es fantástica y roza lo violento y terrible: comienza cuando Lu tiene cuatro años y es acusada de asfixiar a su compañerito de juegos, mientras a Dagmar, su madre, que ha olvidado su pasado, la asocian con una terrorista japonesa desaparecida en la masacre de Tiananmen. Pero no sólo es, entre todos los cuentos y novelas de Eve Gil, “el libro más biográfico”, y el que más ama, sino el que de modo más paradójico exalta el amor filial, la unidad familiar y la lealtad. Además, continúa el legado de los modernistas que revelaron al mundo el arte y la literatura japoneses.
Como José Juan Tablada –quien dedicó sus “poemas sintéticos” a la poeta Shiyo y al viejo Matshuo Basho, cuya vida y obra cautivaron también a Octavio Paz– y que es considerado el introductor del haikú japonés en la poesía en español, Eve Gil, puede ser vista como iniciadora de una modalidad literaria que novela las hechizantes aventuras manga. No sólo inserta citas verídicas sobre famosos mangakas, y sus historietas, sino incluye series apócrifas –Tinta violeta– para honrar a la primera novelista moderna del mundo, Murasaki Shikibu, quien escribió con tinta de ese color el Genji Monogotari, gran clásico que alteró la épica para adentrarse en el universo psicológico de un príncipe.
En realidad, hay versiones manga de esta novela, pero no de la vida de Murasaki, a la que Eve revive en escenarios contemporáneos. Si Tablada escribió en una línea de un poema que “Hokusai lo pintó todo” –y de hecho, dibujos suyos se consideran los antecesores del Hen Tai, o porno manga–; Eve Gil juega con una reencarnación de Murasaki (Violeta, en japonés) para inventar una novela inclasificable, un género que con una enorme sonrisa llama “realismo mangiko”.
La predilección por la k, es sólo reflejo de su admiración por Japón. A diferencia de Tablada, que vivió seis meses en el País del Sol Naciente, ella nunca ha estado allí. Y, sin embargo, durante una larga década, desde el momento en que su hija Victoria (que en la vida real es la mangaka dibujante de las ilustraciones de su libro, firma como la narradora, Murasaki Fujita, y, como ésta, es hija de un padre de origen chino) tenía tres años y se apasionó por las series manga, quiso hacerle un regalo: adentrarse con ella en su universo.


Prohibido escribir en Hermosillo
Eve Gil empezó a escribir en Hermosillo cuando tenía 14 años. A los 19 envió la obra dramática Retrato de una pareja perfecta a un concurso local y lo ganó. Pero vivía en un ambiente de un machismo agresivo: cuando entró a estudiar Letras sus profesores menospreciaban su literatura, le decían que las mujeres “no deberían atreverse a escribir”. La apodaban “Corín Tellado”, hasta cuando la Universidad de Sonora convocó un concurso de novela en el que los jurados, “maestros de La Sorbona” dieron el veredicto en lo que para ella fue “una justa medieval” en la que salió vencedora.
Su novela, titulada Hombres necios, como el verso de Sor Juana, recogía su experiencia de vida con el movimiento estudiantil de Sonora en 1994, y una serie de reportajes hechos a los sobrevivientes del movimiento que se originó en la zona después del fatídico 1968 y particularmente a una mujer ex guerrillera y poderosa política a la que dio el nombre de Donají. Lo escribió a los 22 años y lo publicó a los 24. Pero entonces, lo que sintió fue más el vacío social que rodea a las transgresoras.
La situación empeoró en 1997 cuando El suplicio de Adán ganó el Premio del Libro Sonorense. Recreaba los rumores sobre un sacerdote de Hermosillo que siendo guapo al extremo, seducía a las más ricas feligresas para recaudar fondos con los cuales creó orfanatorios. Su novela horrorizó al director del Instituto de Cultura, “miembro del Opus Dei”, quien la mantuvo en las bodegas varios años, mientras ella recibía llamadas asegurándole su condenación eterna y circulaban boletines anónimos en contra de sus novelas. Cuando comenzó a circular realmente, el libro había sobrevivido una inundación, y ella, hastiada de la censura, dejó de firmar “Evelina” y se fue del lugar, convencida de que para una mujer estaba prohibido escribir en Hermosillo.


La respuesta de Eve
Como la famosa respuesta que escribió Sor Juana en su defensa frente a la censura, la de Eve, fue literaria. En Réquiem por una muñeca rota, dos chicas adolescentes de hogares disfuncionales se enamoran. Extrañamente su único texto abiertamente erótico –Cenotafio de Beatriz– en el que hay un cielo e infiernos posmodernos, surgió de una experiencia límite: cuando estaba embarazada de su segunda hija, sufrió eclampsia y supo que corría riesgo de muerte si continuaba el embarazo. Decidió asumirlo, y escribió ese libro, temiendo estar escribiendo su obra póstuma, mientras estrechaba la cercanía con su esposo, poeta y maestro doctorado en Literatura. Cuando la niña nació sufría como Lu síndrome de Asperger.
La historia de Sho-shan y la Dama Oscura se le ocurrió gracias a un episodio en el jardín infantil en que la directora le entregó una carta firmada por otros padres que pedían retirar a su Lu –que nunca ha podido hablar­– porque cometía actos agresivos como arrebatar las loncheras de los otros niños y era muy alta para su edad, lo cual les infundía temor. Su hija mayor –a la que otras veces debió defender porque los maestros no ven con buenos ojos su afición a dibujar mangakas, la consoló diciéndole que estaban atribuyéndole superpoderes a su hermanita. Así surgió Sho-Shan, y, durante la preparación de la novela, abrió un blog y se ha conectado con medio centenar de padres mexicanos, cuyos hijos son también “AS”.
A Eve Gil, le parece más perverso Tom y Jerry que los jaroi –animes con protagonistas homosexuales–; no ve menos violencia en los cuentos de hadas que en los manga, y le encantan libros como Harry Potter o Crepúsculo –“si hay una criatura que esté sola y merezca compasión es un vampiro”–, porque hablan de cómo sobrevivir en un mundo que pregona valores, pero se asusta ante los distintos. Su “realismo mángiko” revela que en lugar de ofrecerles ternura suele aplastarlos.

1 comentario:

ӃẲῄẪƉĘ dijo...

estoy lellendo el libreo de sho-shan y la dama oscura por el cual se me hace un buen libro hasta horita que lo voy lellendo no lo e terminado pero por ahora para mi es un buen libro